SOCIALISMO, “CULTURA OFICIAL” Y UNIVERSIDAD AUTÓNOMA
Tulio Ramírez
29 de octubre de 2021
Los autoritarismos son intolerantes al pensamiento independiente. Para estos regímenes el llamado “criterio propio” se considera un peligro a la estabilidad de la autoridad y, eso que llaman “la verdad” solo será verdadera, cuando así lo pontifique el censor mayor o sus inquisidores del pensamiento.
Lo cierto es que desde que el más fuerte se impuso sobre el más débil, la humanidad ha pasado buena parte de su historia de hegemón en hegemón. El placer que brinda el ejercicio del poder, así como sus ventajas y privilegios, ha costado para millones de personas, la persecución, el destierro, la cárcel y hasta la vida.
La fuerza, si bien ha sido el recurso más utilizado por monarcas, caudillos, dictadores y líderes mesiánicos para mantener el poder sobre otros, no ha sido el mecanismo exclusivo de dominación. Estos esquemas autoritarios requieren de la legitimación de, por lo menos, una parte de la población. Son los que ayudarán a combatir a la otra parte.
La fuerza por si sola puede llegar a ser desgastante y no suficiente para quien ejerce el poder absoluto. Se corre el riesgo de que se revierta en contra de quien la ejerce. Es necesario ganar adeptos e incondicionales, convencidos de la justeza del régimen, para que sean capaces de defender al líder y al proyecto político que encarna, aún a costa de sus propias vidas…